martes, 8 de octubre de 2013

"Embriáguense" - Charles Baudelaire





 
 


Hay que estar ebrio siempre. Todo resido en eso: ésta es la única cuestión. Para no sentir el horrible peso del Tiempo que nos rompe las espaldas y nos hace inclinar hacia la tierra, hay que embriagarse sin descanso.
 
 
 
Pero, ¿de qué? De vino, de poesía o de virtud, como mejor les parezca. Pero embriáguense.

Y si a veces, sobre las gradas de un palacio, sobre la verde hierba de una zanja, en la soledad huraña de su cuarto, la ebriedad ya atenuada o desaparecida, ustedes se despiertan,  pregunten al viento, a la ola, a la estrella, al pájaro, al reloj, a todo lo que huye, a todo lo que gime, a todo lo que rueda, a todo lo que canta, a todo lo que habla, pregúntenle qué hora es; y el viento, la ola, la estrella, el pájaro, el reloj, contestarán: 

“¡Es hora de embriagarse! 

Para no ser los esclavos martirizados del Tiempo,               
¡embriáguense, embriáguense sin cesar! 
De vino, de poesía o de virtud, como mejor les parezca.

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