jueves, 15 de noviembre de 2018

Gotas - Ida Vitale


¿Se hieren y se funden?
Acaban de dejar de ser la lluvia.
Traviesas en recreo,
gatitos de un reino transparente,
corren libres por vidrios y barandas,
umbrales de su limbo,
se siguen, se persiguen,
quizá van, de soledad a bodas,
a fundirse y amarse.
Trasueñan otra muerte.

lunes, 20 de agosto de 2018

Ismael Serrano

Mirar el mar y regresar a las playas de la infancia.
Hay arena entre los huecos de la memoria,
restos de un castillo que la espuma del tiempo deshizo.
Allí vivíamos a salvo de las hienas
y el mundo era una canica azul turquesa
recorriendo la ladera una duna.
Regreso a ese castillo a tu lado
y desde sus almenas vemos pasar a la gente,
hombres y mujeres cansados
que cargan sus sombrillas, sus neveras,
sus cartas de amor, sus facturas,
sus relojes y sus sueños.
Me nombras caballero de la isla que habitamos
y corremos a saltar las olas.
Y desde aquí,
mientras la plata del océano
tiembla en tu risa,
el mundo parece
salvarse de sí mismo.

miércoles, 21 de marzo de 2018

L' engany - María Beneyto


Jo sóc la dona forta de la Santa Escriptura. 
(Mai no hi hagué més feble, més humil criatura.) 
Mai no hi hagué un silenci més compacte que el meu 
tancant els camins vívids a més crescuda veu. 
Ells em motegen freda, i serena, i valenta. 
I estic plena de pànic i de tristor calenta. 
Ells són sens rels pregones, i sens força i sens pau. 
Ells són el covard sempre, o el dolent, o l’esclau. 
Ells són els vents aqueixos que ajuden tota flama, 
ells, folls, els gots de l’ombra, la veu tensa que clama. 
I jo no sé quin núvol equivocat i estrany 
posà en mi l’aigua aquesta, de font que no em pertany. 
Però mai no vaig dir-los: «Companys, també sóc terra. 
De flama sóc i d’aigua, d’elements sempre en guerra...» 
No els diguí la por meua a la nit, a la mort.
Prop de mi, no sabria que estic morint-me, el fort... 
No és l’estil meu, sabeu-ho, lluir per la ferida 
                              la vida.

domingo, 4 de marzo de 2018

Ítaca - Constantino Cavafis


Cuando emprendas tu viaje a Ítaca
pide que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de experiencias.
No temas a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al colérico Poseidón,
seres tales jamás hallarás en tu camino,
si tu pensar es elevado, si selecta
es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo.
Ni a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al salvaje Poseidón encontrarás,
si no los llevas dentro de tu alma,
si no los yergue tu alma ante ti.
Pide que el camino sea largo.
Que muchas sean las mañanas de verano
en que llegues -¡con qué placer y alegría!-
a puertos nunca vistos antes.
Detente en los emporios de Fenicia
y hazte con hermosas mercancías,
nácar y coral, ámbar y ébano
y toda suerte de perfumes sensuales,
cuantos más abundantes perfumes sensuales puedas.
Ve a muchas ciudades egipcias
a aprender, a aprender de sus sabios.
Ten siempre a Ítaca en tu mente.
Llegar allí es tu destino.
Mas no apresures nunca el viaje.
Mejor que dure muchos años
y atracar, viejo ya, en la isla,
enriquecido de cuanto ganaste en el camino
sin aguantar a que Ítaca te enriquezca.
Ítaca te brindó tan hermoso viaje.
Sin ella no habrías emprendido el camino.
Pero no tiene ya nada que darte.
Aunque la halles pobre, Ítaca no te ha engañado.
Así, sabio como te has vuelto, con tanta experiencia,
entenderás ya qué significan las Ítacas.