jueves, 28 de diciembre de 2017

No quiero convencer a nadie de nada - Jaime Sabines


No quiero convencer a nadie de nada.

Tratar de convencer a otra persona es indecoroso, es atentar contra su libertad de pensar o de creer o de hacer lo que le dé la gana. Yo quiero solo enseñar, dar a conocer, mostrar, no demostrar. Que cada uno llegue a la verdad por sus propios pasos, y que nadie le llame equivocado o limitado (¿quién es quien para decir esto es así, si la historia de la humanidad no es más que una historia de contradicciones y de tanteos y de búsquedas?).

Si a alguien he de convencer algún día, ese alguien he de ser yo mismo. Convencerme de que no vale la pena llorar, ni afligirse, ni pensar en la muerte. la vejez, la enfermedad y la muerte, de buda, no son más que la muerte, y la muerte es inevitable. Tan inevitable como el nacimiento.

Lo bueno es vivir del mejor modo posible. Peleando, lastimando, acariciando, soñando. (¡pero siempre se vive del mejor modo posible!) mientras yo no pueda respirar bajo el agua, o volar (pero de verdad volar, yo solo, con mis brazos), tendrá que gustarme caminar sobre la tierra, y ser hombre, no pez ni ave.

No tengo ningún deseo de que me digan que la luna es diferente a mis sueños.