Desinformémonos, hermanos,
tan objetivamente como podamos
desinformémonos con unción
y sobre todo, con disciplina.
Qué espléndido que tus vastas praderas,
patriota del poder, sean efectivamente productivas.
Desinformémonos,
qué lindo que tu riqueza no nos empobrezca
y tu dádiva llueva sobre nosotros pecadores,
qué bueno que se anuncie tiempo seco.
Desinformémonos,
proclamemos al mundo la mentira y la verdad.
Desinformémonos,
nuestro salario bandoneón se desarruga
y si se encoge eructa quedamente
como un batracio demócrata y saciado.
Desinformémonos y basta
de pedir pan y techo para el mísero
ya que sabemos que el pan engorda
y que soñando al raso
se entonan los pulmones.
Desinformémonos y basta
de paros antihigiénicos que provocan
erisipelas y redundancias
en los discursos del mismísimo.
Basta de huelgas infecto contagiosas
cuya razón es la desidia,
tan subversiva como fétida.
Garanticemos de una vez por todas
que el hijo del patrón gane su pan
con el sudor de nuestra pereza.
Desinformémonos,
pero también desinformemos, verbigracia,
tiranos no tembléis,
por qué temer al pueblo
si queda a mano el delírium tremens.
Gustad sin pánico vuestro scotch
y dadnos la cocacola nuestra de cada día.
Desinformémonos,
pero también desinformemos.
Amemos al prójimo oligarca
como a nosotros laburantes.
Desinformémonos, hermanos,
hasta que el cuerpo aguante
y cuando ya no aguante, entonces,
decidámonos, carajo, decidámonos
y revolucionémonos.
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