Hace
unos cuatro mil quinientos millones de años, año más, año menos, una estrella
enana escupió un planeta, que actualmente responde al nombre de Tierra.
Hace
unos cuatro mil doscientos millones de años, la primera célula bebió el caldo
del mar, y le gustó, y se duplicó para tener a quién convidar el trago.
Hace
unos cuatro millones y pico de años, la mujer y el hombre, casi monos todavía,
se alzaron sobre sus patas y se abrazaron, y por primera vez tuvieron la
alegría y el pánico de verse, cara a cara, mientras estaban en eso.
Hace
unos cuatrocientos cincuenta mil años, la mujer y el hombre frotaron dos
piedras y encendieron el primer fuego, que los ayudó a pelear contra el miedo y
el frío.
Hace
unos trescientos mil años, la mujer y el hombre se dijeron las primeras
palabras, y creyeron que podían entenderse.
Y
en eso estamos, todavía: queriendo ser dos, muertos de miedo, muertos de frío,
buscando palabras.
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