"Así como el no pensar expone y el no sentir expresa,también,lo que no sucede debe contarse" Macedonio Fernández.
jueves, 30 de junio de 2016
miércoles, 29 de junio de 2016
Chau pesimismo- Mario Benedetti
Ya sos mayor de edad
tengo que despedirte
pesimismo
años que
te preparo el desayuno
que
vigilo tu tos de mal agüero
y te
tomo la fiebre
que
trato de narrarte pormenores
del
pasado mediato
convencerte de que en el fondo somos
gallardos y leales
y
también que al mal tiempo buena cara
pero
como si nada
seguís
malhumorado arisco e insociable
y te
repantigás en la avería
como si
fuese una butaca pullman
se te ve
la fruición por el malogro
tu viejo
idilio con la mala sombra
tu manía
de orar junto a las ruinas
tu goce
ante el desastre inesperado
claro
que voy a despedirte
no sé
por qué no lo hice antes
será
porque tenés tu propio método
de
hacerte necesario
y a uno
lo deja triste tu tristeza
amargo
tu amargura
alarmista tu alarma
ya sé
vas a decirme no hay motivos
para la
euforia y las celebraciones
y claro
cuandonó tenés razón
pero es
tan boba tu razón tan obvia
tan
remendada y remedada
tan
igualita al pálpito
que
enseguida se vuelve sinrazón
ya sos
mayor de edad
chau
pesimismo
y por
favor andate despacito
sin despertar al monstruo.Te quiero a las diez de la mañana - Jaime Sabines
Te quiero a las diez de la mañana, y a las once, y a las
doce del día. Te quiero con toda mi alma y con todo mi cuerpo, a veces, en las
tardes de lluvia. Pero a las dos de la tarde, o a las tres, cuando me pongo a
pensar en nosotros dos, y tú piensas en la comida o en el trabajo diario, o en
las diversiones que no tienes, me pongo a odiarte sordamente, con la mitad del
odio que guardo para mí.
Luego vuelvo a quererte, cuando nos acostamos y siento que
estás hecha para mí, que de algún modo me lo dicen tu rodilla y tu vientre, que
mis manos me convencen de ello, y que no hay otro lugar en donde yo me venga, a
donde yo vaya, mejor que tu cuerpo. Tú vienes toda entera a mi encuentro, y los
dos desaparecemos un instante, nos metemos en la boca de Dios, hasta que yo te
digo que tengo hambre o sueño.
Todos los días te quiero y te odio irremediablemente. Y hay
días también, hay horas, en que no te conozco, en que me eres ajena como la
mujer de otro. Me preocupan los hombres, me preocupo yo, me distraen mis penas.
Es probable que no piense en ti durante mucho tiempo. Ya ves. ¿Quién podría
quererte menos que yo, amor mío?
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