miércoles, 22 de julio de 2015

Mircropoemas - Marwan

"Sé que la quiero porque cuando me dicen que elija dos mujeres, la elijo dos veces a ella".

"Hacer el amor no tiene gran complicación. Lo realmente difícil es deshacerlo".

lunes, 13 de julio de 2015

"Te traes" - Carlos Salem













Saber que andas por ahí
chiquita
comiéndote el mundo con esos ojos
que ya han visto demasiado.
Que no discutes con los pájaros
porque sabes que siempre tienen la razón
(hasta los buitres).
Y que tus piernas largas
dibujan signos de pregunta
que la vida se niega a responder.
Que duermes poco para no perderte nada
y sospechas que todo ocurre en el instante
en que descansas.
Que no les robas las monedas
a los ciegos de amor
ni les compras cupones de la ONCE
para no ganar con trampa.

Que has llorado lo justo y la injusticia.
Que te abres como se abre la mañana
cuando el día merece la alegría.
Que eres tímidamente temeraria
escandalosamente discreta
coherente hasta la contradicción
cometa subterráneo
volcán hecho de nubes
sangre que enciende fuegos
en lugar de apagarlos.

Saber que andas por ahí
chiquita
y que en algún parpadeo me tocas
o te tocas
sin analizar el precio de los besos
ni la cotización bursátil del deseo
hace que el día siga teniendo
el tacto de tus noches
y por lo tanto
me río en la cara de los calendarios
mientras las sábanas bailan
cuando no las veo
un tango feliz de bienvenida.

Y yo
bicéfalo al pensarte
sonrío a nadie
o sea a ti
que llegas y te traes
con esos ojos que ya han visto demasiado
y por suerte
no se cansan
todavía
de mirarme.

lunes, 6 de julio de 2015

"Saudade" - Miguel Falavella


 
 










Agarrarse el dedo con una puerta duele. 
Golpearse la cara contra el piso, duele.
Torcerse el tobillo, duele. 
Una bofetada, una trompada, un puntapié, duelen. 
Duele golpearse la cabeza con el borde de la mesa,
duele morderse la lengua, u
una caries y piedras en los riñones también duelen.
 
Pero lo que más duele es la saudade.
 
Saudade de un hermano que vive lejos.
Saudade de una cascada de la infancia. 
Saudade del gusto de una fruta que no se encuentra más.
Saudade del papá que murió, del amigo imaginario que nunca existió…
Saudade de una ciudad. 
Saudade de nosotros mismos, cuando vemos que el tiempo no nos perdona.
Duelen todas estas saudades.   Pero la saudade que más duele es la saudade de quien se ama.
Saudade de aquellos besos que se daban en el portal.
Saudade es básicamente no saber.
No saber si él continúa sin afeitarse por causa de aquella alergia.
No saber si ella todavía usa aquel top que le compraste…
No saber si él fue a hacerse la revisión de cada 6 meses por su problema de salud.
No saber si ella sigue sufriendo en la oficina con aquel  jefe…
Si él por fin aprendió a entrar en Internet y a manejar google.
Si ella aprendió por fin a aparcar de culo. 
Si ella sigue desayunando yogurt griego con granada…
Si ella sigue llorando con las películas.
Saudade realmente es… ¡no saber!
No saber qué hacer con los días que son más largos;
no saber cómo encontrar tareas que detengan el pensamiento;
no saber cómo frenar las lágrimas al escuchar esa música;
no saber cómo vencer el dolor de un silencio…
Saudade es la mirada que pone Nick Nolte en la escena final del Príncipe de las Mareas.  Saudade es no querer saber si ella está con otro, y al mismo tiempo querer saberlo.  
Es no saber si él está feliz, y al mismo tiempo preguntar a todos los amigos de una forma indirecta por eso…
Es no querer saber si él está más delgado o si ella está más guapa.
 
Saudade es nunca más saber acerca de alguien a quien se ama, y aun así que te duela.