La vida secreta de las palabras
"Alguien dijo que desde el momento
en que uno tiene vida interior,
ya está llevando una doble vida".
(...) Las palabras, como manadas de peces, pululan en nuestra cabeza y se agolpan en las cuerdas vocales, pugnando por salir y por ser escuchadas por los demás. Y, a veces se pierden en ese camino entre la cabeza y la garganta. Ahí están todas esas palabras perdidas, que durante mucho tiempo vagan en un limbo de silencio (y malentendidos y errores y pasado y dolor) y un día salen a borbotones y cuando empiezan a salir ya nada puede pararlas.
¿No os ha pasado nunca que durante mucho tiempo habéis estado reflexionando una idea hasta que finalmente la habéis expresado verbalmente? ¿Por qué nos cuesta tanto dar ese paso?
Quizás porque sabemos que tenemos que valorar bien las consecuencias de un determinado acto, puesto que cualquier modificación en nuestra conducta afectará irremediablemente a nuestras vidas, por insignificante que nos parezca esa decisión.
La confianza y la seguridad en nosotros mismos son primordiales para llevar a cabo nuestro objetivo, porque si carecemos de éstas, las palabras quedarán silenciadas, ahogadas.
Por eso, muchas veces necesitamos tiempo, tiempo para comprender cómo nos sentimos, pero también tiempo para conocernos y saber que somos capaces de conseguir lo que nos propongamos, cueste lo que cueste y afecte a quien afecte.